jueves, 14 de noviembre de 2013

Retrato.



PROYECTO DE AULA “Efectos de la comunicación global en los procesos de inclusión social”

FICHA TÉCNICA
Título de la serie: Duele más.
Autor: Laura Cristina Zuluaga Gómez
Foto I
Duele más que a los colores a los que le has servido toda tu vida , te den la espalda y olviden  tu existencia .
El amarillo del sol que fue testigo cada mañana de tu dura jornada de trabajo,
El azul del firmamento que refresca el paisaje de tus cultivos,
Y el rojo que era pasión… ahora se convirtió en dolor.



 

Referentes fotográficos.

Referente retrato:

Richard Avedon

Tal vez Avedon habría trascendido en la fotografía exclusivamente por sus aportaciones al mundo de la moda. Pero el retrato como género  lo llevó a la cúspide. Según Arthur Ollman, director del  Museum of Photographic Arts en  San Diego, Avedon pone en el retrato un punto de interrogación .
Seguramente sus años en la marina mercante fueron una primera introducción a la persona humana con su identidad y fisonomía. Por supuesto la moda fue un segundo gran paso. Sin embargo Avedon trascendió como uno de los más grandes retratistas en la historia de la fotografía por su manera de relacionarse, para bien y para mal, con cada sujeto que fotografiaba.
Avedon acechaba a sus sujetos literalmente. Podía pasar una hora merodeando a su sujeto hasta que llegaba el momento exacto de oprimir el obturador. Si bien el estilo empático producía fotografías lindas, la emboscada resultaba aún más efectiva. Era la clave para producir imágenes poderosas. Ahora parece poner en acción aquello que le exigía Alex Brodovitch: “Tus fotos deben tener un discurso, pero grita, no susurres”.
Las celebridades son un arma de doble filo en términos de imagen. Como tienen una efigie “pre-empaquetada” y perfecta, se les puede hacer fácilmente una fotografía, pero cuando se busca llegar más hondo es muy común encontrarse con una barrera. Pero Avedon supo cómo franquearla y llegar  hasta el tuétano de la personalidad.

Parece ser que Avedon también aplicó, exitosamente, la Tercera Ley de Newton:  “A toda acción corresponde una reacción… ”  En la fotografía equivale a  “Cuide de alguien: le mimará. Maltrátele: le agredirá ”. Y el corolario: pero obtendrá una gran foto.

Referentes proyecto de aula : 
Jan van Leeuwen,

 Jan van Leeuwen, fotógrafo holandés, estuvo presente en el último Festival de la Luz que se realizó en Buenos Aires durante el 2004 con la serie comentada acá y otros trabajos suyos realizados también en lo que actualmente se denominan como técnicas alternativas.
De sus series, “Barbed Wire” es la más trágica. Realizada con la técnica de cianotipia, muestra desde retratos a múltiples exposiciones, todas cruzadas por un alambre de púas (barbed wire). Las imágenes, sencillas en su toma, cobran otra cualidad al ser atravesadas por la técnica.
El cianotipo se caracteriza por un tono azulino que varía en su intensidad depende las combinaciones de químicos utilizados, y por una imagen de relativamente poco detalle (esto a su vez puede variar dependiendo de las intenciones del fotógrafo). En este caso, van Leeuwen opta por reducir la gama tonal a lo indispensable, dando como resultado bloques compactos, discernibles sólo en la silueta del sujeto y objeto representados. El nivel de abstracción, entonces, le da a la imagen un carácter icónico particular. El sujeto retratado (el propio fotógrafo) detrás del alambre de púas se vuelve un símbolo, y las múltiples exposiciones operan como complemento de este simbolismo, ampliándolo, hablando de una situación masiva, aumentando su cualidad trágica.
Ver “Barbed Wire” es asociarla inmediatamente a los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, pero por su característica universal, puede ser extrapolable a cualquier tipo de situación similar. El anonimato del que queda encerrado en un campo está plasmado en la abstracción de la imagen, que hace intuir una persona, pero sólo en sus rasgos genéricos. La imagen de un alambre roto, si bien es extremadamente sencilla, por contraste, cobra una fuerza que de otra manera no tendría.

León Ruiz 


Dos de los trabajos más reconocidos del fotógrafo han sido los reportes gráficos de dos importantes viajes realizados, un recorrido por el río Magdalena, del que resulta el texto El río grande de la Magdalena, con gran cantidad de imágenes que permiten hacer un recorrido visual desde el nacimiento hasta la desembocadura del río. El otro reporte queda de La Regata Colón 92’, un viaje por el Atlántico como celebración del Quinto Centenario del descubrimiento de América en el que se recorrieron distintos lugares de los visitados por Cristóbal Colón y su tripulación hasta la llegada a América. De este viaje se destacan gran cantidad de diapositivas y negativos que permiten conocer a fondo los distintos momentos del viaje, además existe un reporte escrito de aquel viaje  titulado Colombia en los mares del Mundo elaborado también por el señor León, quien se encargo de enviar esta bitácora al periódico El colombiano para hacer ediciones semanales sobre el evento.

Entre la obra del maestro León es posible destacar variedad de temáticas, muestra de sus diversos intereses como fotógrafo. Viajes, paisajes, urbanismo, vida social, retratos y publicidad, son los más destacados de sus temas. Su obra deja al descubierto la belleza de distintos municipios y comunidades de un país tan variado como lo es Colombia. Entre sus series de retratos más conocidas,  se destaca “Retratos de cuerpo entero”  elaborada con personajes del sector de Guayaquil, zona céntrica de  la ciudad y “Dípticos de cuerpo entero” también conocida como “Serie de vestidos y desnudos”.

Actualmente León Ruiz no deja de lado sus cámaras y continua con su gran profesión, mira lo que ha sido su obra y claro esta se cuestiona, quizás porque siempre habrá una foto por hacer. 

Óptica fotográfica.


Normal, estándar o prime
Estos son los objetivos más “clásicos” y, por lo general, más luminosos de todos. Pensad en la obra del fotógrafo Henri Cartier-Bresson y os aproximaréis a lo que ofrece una óptica de este tipo: una distancia focal fija, un diseño óptico relativamente simple, un ángulo de visión similar al del ojo humano, una gran nitidez y una capacidad de realizar desenfoques realmente sorprendentes gracias a su generosa apertura.
La distancia focal de un objetivo normal (a los que también se les denomina bajo el nombre de estándar o prime) es la de la diagonal del sensor de la cámara en la que va montado. En el caso de una cámara con sensor de 35 mm, FX o full frame(dimensiones de 36 x 24 mm) es fácil comprobar mediante el teorema de Pitágoras que esa diagonal medirá √(36²+24²) = 43,2mm, aunque a efectos prácticos, se consideran 45 ó 50mm como la longitud focal necesaria para catalogar como tal a un objetivo de este tipo.
El problema es que un objetivo de esta longitud montado sobre una cámara con sensor de tipo DX va a alargar su distancia focal un 50% en términos de ángulo de visión (algo que ocurre con TODAS las ópticas que se monten en cámaras equipadas con estos sensores), por lo que aunque mantendremos las prestaciones que os comentaba antes, su ángulo de visión se cerrará en proporción y perderemos esa identificación con la vista humana que os comentaba hace un momento.
Me gustaría aclarar que en el caso de estos sensores de menor tamaño (24 x 18 mm), un objetivo normal debería tener una longitud focal de √(24²+18²) = 30 mm; aunque también se suele aceptar que la óptica normal en una cámara DX tenga una longitud focal de 35 mm.
No obstante, para evitar confusiones, a lo largo de este artículo no volveré a referirme a los sensores de tamaño reducido, de tal modo que todo lo referente a ángulos y longitudes focales de los objetivos comentados hasta el final de la entrada se basará únicamente en cámaras equipadas con sensores de tamaño completo.
Tenéis bastante información sobre los dos tipos de sensor que montan las cámaras réflex digitales Nikon en esta entrada del blog que publiqué hace unos días para arrojar algo de luz sobre un tema que a todos (a mí el primero) nos ha vuelto un poco locos en alguna ocasión.
Suelen ser unos objetivos empleados para retratos de medio cuerpo o para recorrer las ciudades arriba y abajo en busca de escenas que fotografiar (vuelvo a hacer mención en este punto a Cartier-Bresson; un auténtico genio en ese tipo de cosas). Son ligeros, de pequeño tamaño y con un precio bastante contenido: en el caso del 50mm f/1.4 que tenéis sobre estos párrafos estamos hablando de unos 320 euros, mientras que la versión con apertura f/1.8 sale por unos 130 euros, siendo el objetivo más barato comercializado por Nikon y uno de los que ofrece mayor nitidez.
Angular
Angular es todo objetivo cuya distancia focal esté por debajo de la que correspondería a un objetivo normal hasta llegar a los 24 mm. Por debajo de eso estaríamos hablando de un ultra-gran angular; pero eso lo dejamos para dentro de un rato. Un angular es capaz de abarcar más ángulo de visión que los objetivos normales, suele poseer una apertura algo menor que estos y su construcción sigue siendo más o menos simple aunque no tanto como en un 50 mm.
Los objetivos angulares pierden la similitud con la visión humana, pues además de que el ángulo de visión es más ancho (el 35 mm que tenéis encima abarca 62º) tienden a agrandar aquello que está cerca del objetivo con respecto al fondo como consecuencia de su menor longitud focal. Por lo tanto no son las mejores ópticas para retratar el rostro de una persona debido a que en tomas muy cercanas van a dar unos rasgos faciales un poco desproporcionados, aunque son bastante empleados en retratos de cuerpo entero o de grupo y también para “callejear” por las ciudades.
Sus precios son algo más altos que los de un objetivo normal porque, como os decía hace un momento, su construcción es un poco más compleja. En concreto, el objetivo que os he puesto a modo de ejemplo en esta categoría (un Nikon 35mm f/2) se vende a unos 400 euros hoy en día.
Teleobjetivo
El teleobjetivo es una óptica cuya distancia focal es superior a la de un objetivo normal y capaz de acercarnos a los elementos más lejanos (de hecho son el juguete favorito de los paparazzi). Sus aperturas rara vez van más allá de f/2.8 debido al tamaño de las lentes necesarias para fabricarlos; y además hay que tener en cuenta que es más complicado tener una apertura grande cuanto más elevada es la distancia focal, aunque hay alguna excepción en teleobjetivos cortos como el espectacular Canon 85mm f/1.2.
Este tipo de ópticas tienden a comprimir los planos en el eje Z (todo parece más próximo entre si) aunque también logran importantes desenfoques en los fondos, por lo que son ideales para fotografía de naturaleza y también para retratos.
Los teleobjetivos más habituales suelen rondar los 200 ó 300 mm, aunque los modelos orientados al mercado profesional pueden llegar con facilidad a los 500 ó 600mm empleando aperturas de f/4 aunque a un precio prohibitivo (concretamente el 400 f/2.8 que tenéis encabezando este apartado cuesta la friolera de 8000 euros).
Ultra-gran angular
El ultra-gran angular, como os podéis imaginar por su nombre, es un objetivo angular llevado al extremo; es decir, con una distancia focal bastante pequeña y, por tanto, capaz de abarcar grandes ángulos de visión. En concreto el 14 mm que tenéis sobre estas líneas es capaz de captar paisajes con un ángulo de 119º (recordemos que la visión humana abarca 45º aproximadamente).
Estos objetivos espacian mucho más que los angulares “simples” los planos en el eje Z de la imagen, por lo que disparar a un paisaje con un elemento en primer plano, va a dar una perspectiva poco habitual que exagerará muchísimo los conceptos de “cerca” y “lejos” que tenemos asimilados desde la infancia. Siempre se ha dicho que estos objetivos deforman la perspectiva, pero en realidad lo que hacen es darnos un nuevo punto de vista de las cosas. Sus aperturas no son demasiado grandes y se suelen caracterizar por poseer un elemento óptico frontal muy amplio así como un diseño de sus lentes internas bastante complejo. Dos factores que elevan su precio hasta situarse en no menos de 500 euros para los modelos más sencillos y subir más allá de los 1500 euros que hay que pagar para hacerse con el modelo de Nikon que encabeza este apartado.
Su uso principal, como os podréis imaginar, es para captar fotografías muy amplias en plena naturaleza o en entornos urbanos. El paisaje es su especialidad tanto por su inmensa profundidad de campo (recordad lo que hablábamos hace poco sobre la distancia hiperfocal) como por las espectaculares perspectivas que es capaz de ofrecer.


Objetivos zoom
Los objetivos zoom siguen los mismos principios ópticos que los fijos, pero teniendo en cuenta que pueden variar su longitud focal en cualquier momento. Una óptica de este tipo será más versátil a la hora de componer nuestras fotografías porque podremos jugar con los efectos que dan las diferentes longitudes focales disponibles (como hemos visto al comentar los diferentes tipos existentes) pero siempre serán más restrictivos que los fijos en términos de nitidez, peso y longitud focal debido a la mayor cantidad y complejidad de los elementos ópticos implicados en su construcción.
A la hora de diseñar una óptica fija se tiene en cuenta su longitud focal y se emplean lentes específicamente calculadas para ella. Sin embargo, en un objetivo zoom hay que tener en cuenta la variación del rango y emplear unas lentes creadas con un margen suficiente como para que se adapten bien a todo el recorrido del objetivo; de ahí que no se pueda “afinar” tanto como en un objetivo de longitud focal única.
Hay objetivos zoom de distancias focales cortas, largas, intermedias… Son objetivos que, en general, se emplean para multitud de tareas en función del rango de su recorrido; desde paisaje, hasta retrato en primer plano, aunque hay que tener en cuenta que, por lo general, cuanto mayor sea su rango de alcance peor calidad de imagen va a dar por lo que os comentaba anteriormente.
Aprovecharé para comentar que últimamente se están poniendo de moda los objetivos zoom de gran recorrido, a los que la gente suele denominar “todoterrenos”, pues evitan cambiar la óptica cada dos por tres y están especialmente indicados para viajes en los que no queramos / podamos cargar con nuestra colección completa de objetivos.
Un ejemplo de estas ópticas el AF-S 24-120 f/3.5-5.6 VR que tenéis sobre estos párrafos y que, por los 500 euros que cuesta, cumple labores de angular y de teleobjetivo corto sumando además el sistema de reducción de vibraciones VR para evitar la trepidación en las fotografías.
Ojo de pez
El ojo de pez es un objetivo que se sale bastante de lo normal: es capaz de abarcar un ángulo de visión de 180º e incluso superior en algunos casos, lo que hará que disparando una fotografía de paisaje aparezcan nuestros propios pies en en el encuadre.
La característica principal de los ojos de pez es que distorsionan fuertemente las líneas rectas que aparecen en las fotografías. En el resto de los objetivos aquí comentados el campo de visión es más o menos amplio pero las líneas rectas siempre son rectas; sin embargo, en estas ópticas las líneas rectas se vuelven más curvas cuanto más se alejan del centro de la imagen.
Su aplicación es sobre todo de tipo creativa. Las fotografías resultantes sorprenden al espectador y le llevan a un mundo donde nada es lo que parece. Un retrato hecho con un ojo de pez muestra unas facciones exageradamente desproporcionadas, con una nariz inmensa, una frente muy alargada y con el fondo que parece situarse a decenas de metros de distancia.
El Fisheye Nikkor 16 mm que tenéis ahí arriba es un ojo de pez comercializado por Nikon desde 1993 y actualmente os podéis hacer con uno por aproximadamente 1000 euros, lo que da una idea de lo específicas que son estas ópticas que siempre ofrecen resultados espectaculares (aunque pueden llegar a cansar si se emplean compulsivamente).
Macro
Los objetivos macro son capaces de reproducir las cosas a escala 1:1 en el sensor de la cámara. Esto significa que si tenemos una flor que mide lo mismo que el sensor, en la foto que obtendremos al final la flor ocuparía la imagen al completo. Esto, que en cámaras compactas es muy sencillo de conseguir, no es algo tan simple en el caso de cámaras réflex debido precisamente al gran tamaño de su sensor, por lo que tendremos que recurrir a estas ópticas para fotografías de este estilo si queremos resultados profesionales.
Las distancias focales de este tipo de objetivos suelen estar entre los 60 y los 200 mm en función del modelo; y por lo general suelen ser fijas para conseguir una máxima precisión y nitidez. Precisamente esas dos características son las que hacen de estos objetivos un prodigio de la ingeniería. Por cierto, el modelo que tenéis sobre estos párrafos es el Micro Nikkor 105 mm f/2.8 VR que se comercializa en Europa a un precio que ronda los 750 euros y con el que podréis hacer fotografías como la que tenéis a continuación.
Estos objetivos se emplean para fotografía de precisión de cosas realmente pequeñas, pero nada impide emplearlos como un objetivo general que nos permitirá capturar cualquier imagen con gran nitidez pero siempre contando con la limitación de su longitud focal fija.